y, April 14, 2010 / 1:58 am
Today I visited Haiti. Never before had I seen a place with this level of destruction. I visited a country that has been left with no type of infrastructure; water, sanitation, electricity, schools or hospitals, with 86 percent of the population unemployed and one million eight hundred thousand people displaced.I saw mothers who lost their children, children who lost their parents, women who have lost their entire families forever. I saw a country that lost nearly everything, but still has its strength. I will forever remember the gaze of men and women who, despite everything, do not feel defeated. Young Haitians that are ready to start rebuilding, full of hope. Children that are still smiling and dream of a better life. That strength is the opportunity of this nation that today awaits all the possible international aid it can get. A nation that depends on our promises and also on our good memory - because even more tragic than the catastrophe itself would be for Haiti to be forgotten.However, having met people from different places, students and professionals, anonymous or famous, who have decided to give their time and efforts to settle in Haiti and help, fills me with optimism. Sean Penn, for example, personally leads one of the largest refugee camps in the country. He has been living in a camp for nearly three months. He sleeps in a small precarious tent no different than those of the 60 thousand displaced people that live there while he tries to relocate them. He has been able to get a considerable amount of international aid and through his daily work he continues to inspire many people that, like him, have volunteered to help. U.S., Filipino and Indian Marines, as well as many young volunteers, have mobilized to the area to join forces.Everyday there are more and more people in the world who connect with the needs of those less fortunate. Newer generations absorb these examples and know that in today's world the problems of one group of people are the problems of the whole world. My hope is that through education and communication this message is spread and becomes the legacy we leave our children and our children's children.Today, I saw firsthand the needs of the Haitian people. In my meetings today I understood, even more so, that simply by building schools and hospitals the Haitian society may regain their dignity and move forward.We have visited possible locations to build a Barefoot Foundation school, where children can receive adequate food and education. We met with several NGO's and potential strategic partners to start working in the coming months. We will start building a school in Haiti that hopefully may be completed later this year.It will soon be hurricane season and I just hope that the people of Haiti can find shelter from inclement weather in the coming months, and that we are there for them.I wanted to share my experience today with anyone who wants to know about it, because there is a lot to be done and individually we are drops of water, but together we can be a whole ocean. I learned that today from an eleven-year-old boy who has seen little, but who already knows so much.ShakiraAyer visité Haití. Nunca antes había visto un lugar en tal grado de destrucción. He recorrido un país en donde no quedo ningún tipo de infraestructura; agua, sanidad, electricidad, escuelas u hospitales, con el 86 por ciento de la población desempleada y un millón ochocientos mil desplazados. Vi madres que perdieron a sus hijos, hijos que perdieron a sus padres, mujeres que han perdido para siempre a sus familias enteras. Vi un país que perdió todo o casi todo, pero que aun le queda su fortaleza. Me llevo en mis ojos estampada la mirada de hombres y mujeres que aun no se sienten derrotados, ni vencidos. Jóvenes haitianos listos para reconstruir, esperanzados. Niños que aun sonríen y sueñan con una mejor vida. Esa fuerza, es la oportunidad de esa nación que hoy espera toda la ayuda internacional posible. Una nación que depende de nuestras promesas y también de nuestra buena memoria, porque mas grave que la misma catástrofe, seria para Haití sufrir el olvido. Me llena de optimismo sin embargo, haberme encontrado con personas de distintos lugares, estudiantes y profesionales, anónimos o famosos, que han decidido donar su tiempo y esfuerzos para instalarse en Haití y ayudar.Sean Penn, por ejemplo, conduce, personalmente, uno de los mayores campos de refugiados en el país, vive desde hace casi tres meses en uno de aquellos campamentos. Duerme dentro de una pequeña carpa precaria nada distinta a las de los 60 mil desplazados que allí viven mientras el logra re ubicarlos. Ha conseguido gran cantidad de ayuda internacional y sigue inspirando con su trabajo diariamente a tanta gente que como el se han entregado a brindar la ayuda necesaria. Marinos estadounidenses, filipinos e hindúes y tantos jóvenes voluntarios que se han movilizado hasta la zona para unir fuerzas. Cada vez en el mundo existen más y más personas que se conectan con las necesidades de los que menos tienen. Y es allá hacia donde nos dirigimos. Las generaciones más nuevas absorben estos ejemplos y saben que en el mundo de hoy los problemas de un solo pueblo son los problemas del mundo entero. Mi esperanza es que a través de la educación y de las comunicaciones ese mensaje se difunda y sea el legado que dejemos a nuestros hijos y los hijos de sus hijos. Ayer conocí de cerca las necesidades del pueblo haitiano. En mis encuentros del día entendí aun mas que solo construyendo escuelas y hospitales, la sociedad haitiana podrá recuperar su dignidad y salir adelante. Hemos recorrido posibles lugares donde levantar una escuela Pies Descalzos, donde los niños puedan recibir alimentación y educación adecuada. Nos reunimos con algunas ONG's y posibles socios estratégicos para poder echar manos a la obra en los próximos meses. Empezaremos una escuela en Haití que si tenemos suerte podría estar terminada a fin de este año. Pronto vendrá la temporada de huracanes y solo espero que el pueblo de Haití pueda encontrar refugio ante las inclemencias del clima en los próximos meses y que estemos ahí para ellos. Quise compartir mi experiencia con todo el que quiera saber de ella, porque se que hay mucho por hacer e individualmente podemos ser gotas de agua pero juntos somos un océano. Eso me lo enseñó ayer un niño de once años que ha visto poco pero que ya sabe tanto. Shakira
Nenhum comentário:
Postar um comentário